En 1977, Hausu logró una extraña pero efectiva combinación de géneros y maneras de filmar que marcó un hito. En el 2000, aunque sin el éxito de su predecesora, Crazy lips (Hakkyousuru kuchibiru) repite la fórmula efectivamente y llevándola al extremo.
Una extravagante mezcla de comedia, terror, drama, pinky, artes marciales, cine B, musical y policiaca son los componentes que convierten a Crazy lips en una obra incomprendida e ignorada por muchos. Y es que el constante cambio de géneros (como pasar de una escena de sexo a terror, a investigaciones y por último a musical, todo en menos de 15 minutos) es lo que provoca que no todos sean capaces de seguirle el paso.
Con todo y las incoherencias, Crazy lips es un filme muy bien hecho que utiliza técnicas de iluminación que realzan el contenido de la escena (salvo un par de excepciones donde apenas y se distingue lo que sucede). La banda sonora apoya en todo lo necesario a la narrativa.
Todo empieza con una familia (la madre y sus dos hijas) que son acosadas por todo mundo desde que el hijo fue acusado de haber asesinado a cuatro jovencitas. Una de las hijas, dentro de su desesperación, recurre a una psíquica para buscar una solución al rumbo que sus vidas ha tomado. Esa decisión creará un caos en la casa, y desatará una serie interminable de revelaciones personales y sexuales.
Una película japonesa que no debe pasar desapercibida si disfrutan de los largometrajes originales.
TRAILER
Una extravagante mezcla de comedia, terror, drama, pinky, artes marciales, cine B, musical y policiaca son los componentes que convierten a Crazy lips en una obra incomprendida e ignorada por muchos. Y es que el constante cambio de géneros (como pasar de una escena de sexo a terror, a investigaciones y por último a musical, todo en menos de 15 minutos) es lo que provoca que no todos sean capaces de seguirle el paso.
Con todo y las incoherencias, Crazy lips es un filme muy bien hecho que utiliza técnicas de iluminación que realzan el contenido de la escena (salvo un par de excepciones donde apenas y se distingue lo que sucede). La banda sonora apoya en todo lo necesario a la narrativa.
Todo empieza con una familia (la madre y sus dos hijas) que son acosadas por todo mundo desde que el hijo fue acusado de haber asesinado a cuatro jovencitas. Una de las hijas, dentro de su desesperación, recurre a una psíquica para buscar una solución al rumbo que sus vidas ha tomado. Esa decisión creará un caos en la casa, y desatará una serie interminable de revelaciones personales y sexuales.
Una película japonesa que no debe pasar desapercibida si disfrutan de los largometrajes originales.
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