Thirst

Cualquiera que haya visto Oldboy diría que Chan Wook Park es un gran director, pero nadie hubiera imaginado que él dirigiría (y contribuiría en el guión) un filme sobre vampiros. La historia trata de un cura que se somete a un experimento que lo convierte en un vampiro. Las consecuencias le provocaran dilemas existenciales y le harán percibir el mundo de una manera distinta a la que conocía, llevándolo incluso a conocer lo que significa el amor por una mujer.
Como es costumbre en las películas de Park, la riqueza de colores y la elegancia de los escenarios está presente al por mayor, así como el apartado musical de gran calidad, buenos movimientos de cámara, y una trama que se desenvuelve lenta pero adecuadamente.
Thirst (su título original es Bakjwi) fue hecha en el 2009 y a pesar de no ser la clásica historia vampírica que recurre a gore, ajos, estacas y varios de los elementos que caracterizan el mito de estos seres, no pierde el toque. La sangre se utiliza en los momentos precisos y en cantidades que no son excedentes; la violencia es escasa pero bastante explicita cuando aparece.
Aquéllos que piensen que esta película es algo para continuar la "moda" que Twilight (Crepúsculo) ha impuesto, pueden llevarse una decepción con Thirst, pues no está orientada hacia efectos especiales, una historia rosa y "vampiros bonitos".
Tal vez el único punto en contra para esta película es que se siente larga (más de 125 minutos). Park pudo haber recortado ciertas escenas que parecen innecesarias para hacer el filme un poquito más dinámico.
Si les gustó Let the right one in, Oldboy o Lady Vengeance, ésta definitivamente es recomendada.

Like a man with tumor in the head let me lack judgment