Es muy poco usual que en Estados Unidos se produzcan películas de terror que hagan uso de actores jóvenes, y que no resulten ser una completa pérdida de tiempo. Ya es por de más conocido la famosa historia de "un grupo de pubertos es asesinado brutalmente por un maniático o algo sobrenatural", por lo que muchos asocian las películas de terror con adolescentes a este tipo de categoría, y no es para culparlos, dado que las excepciones son pocas, como Deadgirl del 2008.
Si bien esta película no es una gran joya y mucho menos algo para recordar con el paso de los años, hay que reconocerle que se sale del parámetro y ofrece algo diferente. La historia es acerca de Rickie y J.T., quienes se escapan de clases para acudir a un viejo y abandonado manicomio para beber cerveza y hacer desmanes; vagando por los pasillos del lugar, se encuentran con una puerta cerrada y trabada por el paso del tiempo, encontrando en su interior una mujer encadenada y desnuda... que no puede morir.
El filme, más que centrarse en lo que es la extraña mujer y su pasado, gira en torno a las consecuencias que viven los protagonistas por guardar el secreto, así como los cambios que surte en su manera de pensar el "nuevo descubrimiento", creándo una obsesión sexual. Los escenarios del manicomio se encuentran bien ambientados, y la edición provoca tensión y horror en ciertos pedazos. El maquillaje de la actriz Jenny Spain, como la chica encadenada, está muy creíble y la hace parecer como otra persona completamente.
Largometraje con una narrativa aceptable (un final un poco predecible pero que se puede ignorar) y que varía de lo que Estados Unidos normalmente hace con películas de terror y zombis. Recomendada si quieren ver algo diferente salido de ese país, o un filme sobre zombis donde la trama no sea acerca de "muertos vivientes comiendo a todo el pueblo".
Si bien esta película no es una gran joya y mucho menos algo para recordar con el paso de los años, hay que reconocerle que se sale del parámetro y ofrece algo diferente. La historia es acerca de Rickie y J.T., quienes se escapan de clases para acudir a un viejo y abandonado manicomio para beber cerveza y hacer desmanes; vagando por los pasillos del lugar, se encuentran con una puerta cerrada y trabada por el paso del tiempo, encontrando en su interior una mujer encadenada y desnuda... que no puede morir.
El filme, más que centrarse en lo que es la extraña mujer y su pasado, gira en torno a las consecuencias que viven los protagonistas por guardar el secreto, así como los cambios que surte en su manera de pensar el "nuevo descubrimiento", creándo una obsesión sexual. Los escenarios del manicomio se encuentran bien ambientados, y la edición provoca tensión y horror en ciertos pedazos. El maquillaje de la actriz Jenny Spain, como la chica encadenada, está muy creíble y la hace parecer como otra persona completamente.
Largometraje con una narrativa aceptable (un final un poco predecible pero que se puede ignorar) y que varía de lo que Estados Unidos normalmente hace con películas de terror y zombis. Recomendada si quieren ver algo diferente salido de ese país, o un filme sobre zombis donde la trama no sea acerca de "muertos vivientes comiendo a todo el pueblo".