El director Stuart Gordon es fan de H.P. Lovecraft, de eso no hay duda; en 2001 dirigió la película de Dagon, que es la combinación de dos relatos cortos de Lovecraft: Dagon y The shadow over Insmouth, siendo este último el relato más dominante del filme. El resultado es una historia que dejará satisfechos a los que gusten de las películas de terror que se apoyan mucho en la ambientación.
Todo empieza cuando un cuarteto de vacacionistas en un barco choca contra una roca, lo que obliga a dos de ellos a ir a la costa más cercana a pedir ayuda. Esto solamente desatará un encuentro con lo desconocido, que llevará a cada uno a sus límites, con tal de buscar un modo de sobrevivir en esa tierra de monstruos extraños.
El pueblo donde fue filmada la película realmente contribuye con sus escenarios a crear una atmósfera lúgubre, al igual que sus peculiares habitantes (quienes ofrecen una buena mímica en sus interpretaciones) y sus grotescos parecidos con seres marítimos. El ritmo de la narración al inicio es muy bueno y mantiene al espectador interesado y atento a lo que sucede, pero pasada la mitad, el crescendo se estanca levemente. El punto débil de Dagon, que tal vez no agrade a muchos, es el final, que tiene tintes poéticos y es un poco anticlimático.
Hay un guiño muy claro a Reanimator, pues el protagonista se parece físicamente a Herbert West y cuenta con una camisa que dice Miskatonic, el pueblo donde Reanimator se desarrolla.
Two possibilities
Todo empieza cuando un cuarteto de vacacionistas en un barco choca contra una roca, lo que obliga a dos de ellos a ir a la costa más cercana a pedir ayuda. Esto solamente desatará un encuentro con lo desconocido, que llevará a cada uno a sus límites, con tal de buscar un modo de sobrevivir en esa tierra de monstruos extraños.
El pueblo donde fue filmada la película realmente contribuye con sus escenarios a crear una atmósfera lúgubre, al igual que sus peculiares habitantes (quienes ofrecen una buena mímica en sus interpretaciones) y sus grotescos parecidos con seres marítimos. El ritmo de la narración al inicio es muy bueno y mantiene al espectador interesado y atento a lo que sucede, pero pasada la mitad, el crescendo se estanca levemente. El punto débil de Dagon, que tal vez no agrade a muchos, es el final, que tiene tintes poéticos y es un poco anticlimático.
Hay un guiño muy claro a Reanimator, pues el protagonista se parece físicamente a Herbert West y cuenta con una camisa que dice Miskatonic, el pueblo donde Reanimator se desarrolla.
Two possibilities