En 1960 Alfred Hitchcock sacó a la luz una película que marcaría época. Psycho, o mejor conocida en español como Psicosis, ha influenciado de manera vasta e interminable a múltiples filmes sobre asesinos. Basada en la novela breve (narrada en primera persona por sus personajes), del mismo nombre, del escritor Robert Bloch, esta historia presenta a un hombre perturbado por su pasado y que lidia contra sus demonios internos (es difícil dar una sinopsis más abundante sin estropear al espectador el relato.
El filme cuenta con un guión, mediante el cual, se le puede dividir en dos partes, antes y después de la ya conocida por todos, escena de la ducha. Hay quienes se preguntan qué ha hecho tan especial a este momento para que trascienda en la historia; en realidad, son varios factores los que convierten esa escena en mítica, como la edición, la fotografía, los simbolismos, y ni qué decir de la música que la compone.
La película cuenta con dos secuelas, Psycho 2 (1983), que transcurre veinte años después del final de la primera, y Psycho 3 (1986). Por supuesto, ninguna de las dos se compara a la original, a pesar de que Norman Bates, el personaje principal, sigue siendo interpretado por Anthony Perkins. En 1998 se le hizo un remake a la primera, el cual copió exactamente cada escena de la película, utilizando el mismo guión; como fue de esperarse, se despotricó ampliamente contra esta versión, catalogándola como innecesaria y desperdicio de dinero.
El largometraje de 1960 continúa vigente hasta el día de hoy, siendo exhibido en festivales y recomendado a todo amante del cine psicológico y de suspenso. La música, hecha con puro cuarteto de cuerdas, le da fuerza a varios momentos, el mise en scene compagina muy bien con la fotografía, y las magníficas actuaciones junto con la bien cuidada edición, convierten a esta película en lo que es, un clásico etiquetado como parte de las mejores películas en la historia del cine.
"Why, she wouldn't even harm a fly..."
El filme cuenta con un guión, mediante el cual, se le puede dividir en dos partes, antes y después de la ya conocida por todos, escena de la ducha. Hay quienes se preguntan qué ha hecho tan especial a este momento para que trascienda en la historia; en realidad, son varios factores los que convierten esa escena en mítica, como la edición, la fotografía, los simbolismos, y ni qué decir de la música que la compone.
La película cuenta con dos secuelas, Psycho 2 (1983), que transcurre veinte años después del final de la primera, y Psycho 3 (1986). Por supuesto, ninguna de las dos se compara a la original, a pesar de que Norman Bates, el personaje principal, sigue siendo interpretado por Anthony Perkins. En 1998 se le hizo un remake a la primera, el cual copió exactamente cada escena de la película, utilizando el mismo guión; como fue de esperarse, se despotricó ampliamente contra esta versión, catalogándola como innecesaria y desperdicio de dinero.
El largometraje de 1960 continúa vigente hasta el día de hoy, siendo exhibido en festivales y recomendado a todo amante del cine psicológico y de suspenso. La música, hecha con puro cuarteto de cuerdas, le da fuerza a varios momentos, el mise en scene compagina muy bien con la fotografía, y las magníficas actuaciones junto con la bien cuidada edición, convierten a esta película en lo que es, un clásico etiquetado como parte de las mejores películas en la historia del cine.
"Why, she wouldn't even harm a fly..."
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