Hay quienes llaman a esta película una versión más reciente y oriental de Vertigo de Alfred Hitchcock, pero una vez más, la comparación no viene al caso, pues Suzhou he del 2000, es un filme artístico capaz de sostenerse por sí mismo y sin necesidad de ganar fama por dicho comentario.
La película trata sobre Mardar, un mensajero chino que se enamora de Moudan, una joven que es hija de uno de sus clientes. Las cosas se complican cuando Mardar es tentado por la avaricia, lo que lo lleva, en complot con otros, a raptar a la chica, quien termina saltando al río Suzhou y desaparece. Tras cumplir su condena en la cárcel y regresar a su antiguo empleo, Mardar se encuentra con una mujer igual a Moudan (de aquí las comparaciones con Vertigo) lo que le hará revivir su pasado. La historia cuenta con tres personajes principales, uno de los cuales es el narrador y a quien nunca se le ve, pues cada que se vea envuelto en una escena, la cámara mostrará lo que él visualiza, poniendo al espectador en severas ocasiones en sus zapatos.
Hay muchas escenas grabadas con cámara en mano que en lugar de arruinar la fotografía, van muy bien con el modo en que se presenta la película e incluso contribuye bastante a expresar los sentimientos y acciones de los actores principales.
Un drama con tintes románticos y de misterio, una historia con un desarrollo no del todo lineal, y una presentación muy artística que justifica los premios que ganó, hacen que esta película sea recomendada para quienes gusten de los filmes de arte orientales que ofrecen algo refrescante.
La película trata sobre Mardar, un mensajero chino que se enamora de Moudan, una joven que es hija de uno de sus clientes. Las cosas se complican cuando Mardar es tentado por la avaricia, lo que lo lleva, en complot con otros, a raptar a la chica, quien termina saltando al río Suzhou y desaparece. Tras cumplir su condena en la cárcel y regresar a su antiguo empleo, Mardar se encuentra con una mujer igual a Moudan (de aquí las comparaciones con Vertigo) lo que le hará revivir su pasado. La historia cuenta con tres personajes principales, uno de los cuales es el narrador y a quien nunca se le ve, pues cada que se vea envuelto en una escena, la cámara mostrará lo que él visualiza, poniendo al espectador en severas ocasiones en sus zapatos.
Hay muchas escenas grabadas con cámara en mano que en lugar de arruinar la fotografía, van muy bien con el modo en que se presenta la película e incluso contribuye bastante a expresar los sentimientos y acciones de los actores principales.
Un drama con tintes románticos y de misterio, una historia con un desarrollo no del todo lineal, y una presentación muy artística que justifica los premios que ganó, hacen que esta película sea recomendada para quienes gusten de los filmes de arte orientales que ofrecen algo refrescante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario