Después del final de Lady snowblood, uno pensaría que una segunda película es imposible, pero no. Filmada un año después de la magistral primera parte, esta historia sitúa a Yuki en un ambiente donde los problemas políticos están al rojo vivo, y donde ella es perseguida y cazada como un animal.
Al ver esta segunda entrega, uno se convence de que solamente la primera parte fue de las encargadas para inspirar a Quentin Tarantino en la realización de Kill Bill. La calidad de esta película es muy inferior y carece de un fuerte argumento que justifique la venganza que se lleva a cabo.
Es verdad que la trama de la parte uno fue simple, pero el desarrollo de los personajes estuvo bien hecho y la película contaba con todos los elementos para convertirse en el clásico que se volvió. Esta segunda no consigue desarrollar a plenitud la historia, que parece que fue escrita simplemente para llevar al personaje de Lady Snowblood de nuevo a la pantalla sin importar la calidad del guión, ya que Yuki Kashima (interpretada de nuevo por Meiko Kaji) parece quedar relegada a segundo plano por los problemas políticos.
Si uno ve esta película esperando un largometraje de la misma calidad que el primero, se llevará una enorme decepción. Pudieron haber hecho algo mejor con Shurayuki-hime 2, pero no fue así, desperdiciaron la oportunidad.
Al ver esta segunda entrega, uno se convence de que solamente la primera parte fue de las encargadas para inspirar a Quentin Tarantino en la realización de Kill Bill. La calidad de esta película es muy inferior y carece de un fuerte argumento que justifique la venganza que se lleva a cabo.
Es verdad que la trama de la parte uno fue simple, pero el desarrollo de los personajes estuvo bien hecho y la película contaba con todos los elementos para convertirse en el clásico que se volvió. Esta segunda no consigue desarrollar a plenitud la historia, que parece que fue escrita simplemente para llevar al personaje de Lady Snowblood de nuevo a la pantalla sin importar la calidad del guión, ya que Yuki Kashima (interpretada de nuevo por Meiko Kaji) parece quedar relegada a segundo plano por los problemas políticos.
Si uno ve esta película esperando un largometraje de la misma calidad que el primero, se llevará una enorme decepción. Pudieron haber hecho algo mejor con Shurayuki-hime 2, pero no fue así, desperdiciaron la oportunidad.
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