
A pesar de lo convencional que puede sonar la sinopsis, la edición, la fotografía, los simbolismos y las actuaciones, se encargan de convertir esta trabajo en algo original.
El Mise en scène (colocación de objetos y actores durante la escena, por definirlo sencillamente y sin complicaciones) y la fotografía juegan un papel importante para aportar más información a la historia. Actúan Bibi Anderson y la actriz de cabecera de Ingmar Bergman, Liv Ullman; ambas interpretan adecuadamente sus correspondientes papeles y demuestran su calidad.
Las interpretaciones que rondan alrededor del filme son variadas, y aunque todas desembocan en una idea común, los detalles que las conforman son la diferencia. Ésta película es recomentable para los que gustan del cine de arte, y de Bergman.
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