Uno de los clásicos del terror de Estados Unidos sin lugara dudas. Phantasm de 1979 dio inicio a lo que sería una tetralogía, todas ellas dirigidas y escritas por Don Coscarelli. La historia trata sobre el encargado de una funeraria, cuya apariencia tétrica y sospechosa oculta un secreto que sembrará el terror entre los vivos... y los muertos.
Un joven Coscarelli de apenas 24 años se encargó de muchos apartados en este filme (dirección, producción, edición, historia y fotografía) e imprime un estilo propio en la realización. La fotografía es muy oscura, de tal manera que hay varias escenas donde lo negro prevalece y solamente se aprecian destellos de luz que iluminan a los personajes y muestran lo importante, haciendo a un lado lo demás, creando misterio respecto al resto de la escenografía. La música se encuentra bien realizada, las composiciones son diversas y rara vez se repiten, lo que mantiene la variedad. La historia gira en torno a unos cuantos personajes, y con excepción de dos que aparentemente sólo salen para llenar espacio, el resto tiene bien definida su participación en la historia (aunque nunca se profundice en ellos) que se desarrolla con un ritmo constante, sin ir muy lento o muy despacio.
El escenario de la funeraria es bastante bueno, ya que en ocasiones parece un museo minimalista, y es ahí donde se ven algunas de las mejores escenas del filme. También se encuentran aquí las famosas esferas de acero que tanto caracterizan a la saga Phantasm, así como la gran caracterización que le da el actor Angus Scrimm al enigmático y silencioso villano.
Quizás no cuente con unos efectos especiales espectaculares, ni con un presupuesto gigantesco que la respalde, y mucho menos con la extensa popularidad de otras sagas como Halloween, pero Phantasm realmente alcanza a infundir el suspenso que muchos esperan de una película de terror. Muy recomendada para los que gustan del horror y de tener un par de sustos.
You play a good game boy, but the game is finished, now you die.
El escenario de la funeraria es bastante bueno, ya que en ocasiones parece un museo minimalista, y es ahí donde se ven algunas de las mejores escenas del filme. También se encuentran aquí las famosas esferas de acero que tanto caracterizan a la saga Phantasm, así como la gran caracterización que le da el actor Angus Scrimm al enigmático y silencioso villano.
Quizás no cuente con unos efectos especiales espectaculares, ni con un presupuesto gigantesco que la respalde, y mucho menos con la extensa popularidad de otras sagas como Halloween, pero Phantasm realmente alcanza a infundir el suspenso que muchos esperan de una película de terror. Muy recomendada para los que gustan del horror y de tener un par de sustos.
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