
Tideland es un filme que muchos podrán encontrar lento, e incluso aburrido (el mismo Gilliam al inicio, argumenta que muchos odiarán la película), pero si logran disfrutar de la primera hora de la película, se encontrarán con una obra original que presenta la cruel perspectiva del mundo en que vivimos de un modo muy particular, a través de los ojos de una inocente niña. Varios de los eventos del largometraje son bizarros y fuertes, pero el estilo en que se presenta minimiza un poco el impacto que ocasionan las imágenes, aunque no por ello deja de ser controversial.
La película cuenta con la actuación de Jodelle Ferland, (apareció en la miniserie Kingdom Hospital de Stephen King como el espíritu de la niña Mary, y también en la película de Silent Hill), quien interpreta perfectamente a Jeliza-Rose, una niña sin amigos que tiene que recurir a su imaginación, y cuatro cabezas de muñecas, para tener compañía.
Con una dirección y una fotografía muy cuidada, escenarios tanto coloridos como oscuros, una historia de lo más inusual, muchos ángulos de cámara inclinados (que sin lugar a dudas dan un matiz diferente a las tomas) y un par de escenas que el espectador probablemente no olvide en un tiempo, Tideland representa una buena opción para aquéllos que gusten de un cine diferente y artístico.
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