martes, 29 de septiembre de 2009

Session 9

Brad Anderson es un director (y guionista en ocasiones, como en este caso) que se caracteriza por construir las historias lentamente, juntar todos los detalles posibles que alimenten la trama para que al final todo culmine con un crescendo que hace que valga la pena toda la película. Session 9, Sounds like (Capítulo de la serie Masters of Horror, que muchos de los puristas catalogaron de basura porque no contenía gore, cuando en realidad el capítulo estaba más enfocado al aspecto psicológico) y más recientemente Transsiberian son claros ejemplos del particular estilo que matiza las películas de este director estadounidense.
Session 9, del 2001, es una película de terror psicológico poco conocida, pero no por eso menos interesante. Si algo se nota de inmediato es el espectacular y tétrico lugar en el que fue filmada: las paredes carcomidas y llenas de grafitis, viejos equipos que servía para tratar a los enfermos, estrechos pasillos derruidos por el tiempo y devorados por la oscuridad, los olvidados expedientes de los pacientes, iluminación tenue, una silla de ruedas abandonada en medio de la nada y un cementerio con lápidas marcadas sólo con números y no con nombres.
La historia trata sobre un grupo de limpieza que promete arreglar el edificio abandonado en un tiempo exageradamente corto, donde el poco apacible ambiente en el que se encuentran los trabajadores contribuirá a sacar a relucir detalles nada agradables de cada uno de los protagonistas. La historia se desarrolla aparentemente sin conducir al espectador a un final concreto, pues cada personaje es desarrollado y los eventos parecen suceder sin sentido. Sin embargo, en los últimos quince minutos todo cobra sentido y tal vez más de uno se quede con cara de "¿Qué fue lo que pasó aquí?" y no es para menos, el filme no es tan sencillo (no apto para todo público), y es que ésta es una de esas película que perdura en tu cabeza aun después de verla.
Los movimientos suaves de la cámara al recorrer los pasillos adentran al espectador al interior del lugar. La música que se cierne sobre las escenas contribuye a acentuar lo lúgubre del lugar.
Recomendada para aquéllos que gusten del cine de terror psicológico y las películas bien ambientadas.

I live in the weak and the wounded... Doc

domingo, 20 de septiembre de 2009

Orphan

Esta película fue dilapidada por algunas personas, apenas salió este año, debido a que podía provocar que los índices de adopción disminuyeran gradualmente, pero eso es nada más llevar lo visto en pantalla grande a los extremos, la exageración.
Sorpresivamente, este filme es entretenido y solamente es mancillado al final por una serie de clichés que muestra que los escritores no encontraron otra manera de terminarla adecuadamente y complementar el buen giro que se le da a la historia en la última parte (se dice que el DVD traerá un final alterno, que muchos esperan sea mejor que el actual). Pero a pesar de esto, la película cumple con su cometido y consigue construir varios momentos de suspenso a lo largo de las dos horas y tres minutos que dura.
Isabelle Fuhrman, quien interpreta a Esther, hace un gran trabajo cambiando constantemente su semblante de niña dulce al de un auténtico demonio, en especial durante una escena en el hospital que mediante un juego de iluminación, se logra un interesante efecto. La historia se desarrolla con calma, presentando primero a los personajes y sus respectivas características, luego, poco a poco comienza a introducir los elementos de suspenso que permanecerán hasta el final.
Habrá quienes digan que aparte del final, el resto de la película está lleno de clichés (en especial si se ha visto muchos largometrajes pertenecientes al género de niños malignos), aunque sin importar eso, vale la pena darle una oportunidad y verla, ya que no siempre llegan a los cines películas de suspenso actuales y decentes.

..fetal movement. For sixteen days I carried...

sábado, 19 de septiembre de 2009

Kakushi-toride no san-akunin (The hidden fortress)

Muchos la catalogan como la precursora de Star Wars, y muchos tal vez la vean pensando que tiene similitudes con la mundialmente famosa saga de George Lucas. En realidad, el único parecido que comparten The hidden fortress (la fortaleza escondida) y Star Wars, es el primer borrador que escribió George Lucas de su épica historia, que era una versión intergaláctica de este filme de 1958; más allá de esta característica, no existe motivo alguno para buscar semejanzas explícitas entre estos dos largometrajes, pues cada uno tiene su propio estilo y forma de desarrollarse.
Dirigida por Akira Kurosawa (quien colaboró también en el guión), mejor conocido por su película Shichinin no samurai (The seven samurai o Los siete samurai), The hidden fortress es la historia de una princesa que huye de un ejercito que quiere matarla. Escoltada por un general y un par de ayudantes engañados, los prófugos intentan llegar a un dominio donde la princesa podrá establecerse de nuevo y repuntar su reino.
La acción no es el ingrediente principal del filme, pues se centra más en la aventura del grupo mientras intenta arribar a su destino. Con tintes de comedia y drama, apoyada con grandes actuaciones y la escenografía adecuada que complementa la fotografía, esta película es ideal para aquéllos que gusten del cine clásico, y ni que decir de los seguidores de Kurosawa.
No hay que ver este largometraje esperando encontrar una montaña de similitudes con Star Wars, pues la decepción será gigante. El filme no es para todo público, ya que hay quien podrá encontrarla aburrida y lenta, pero quienes logren disfrutarla, encontrarán algo muy bueno.

Hide a stone among stones and a man among men

domingo, 13 de septiembre de 2009

Psycho (Psicosis)

En 1960 Alfred Hitchcock sacó a la luz una película que marcaría época. Psycho, o mejor conocida en español como Psicosis, ha influenciado de manera vasta e interminable a múltiples filmes sobre asesinos. Basada en la novela breve (narrada en primera persona por sus personajes), del mismo nombre, del escritor Robert Bloch, esta historia presenta a un hombre perturbado por su pasado y que lidia contra sus demonios internos (es difícil dar una sinopsis más abundante sin estropear al espectador el relato.
El filme cuenta con un guión, mediante el cual, se le puede dividir en dos partes, antes y después de la ya conocida por todos, escena de la ducha. Hay quienes se preguntan qué ha hecho tan especial a este momento para que trascienda en la historia; en realidad, son varios factores los que convierten esa escena en mítica, como la edición, la fotografía, los simbolismos, y ni qué decir de la música que la compone.
La película cuenta con dos secuelas, Psycho 2 (1983), que transcurre veinte años después del final de la primera, y Psycho 3 (1986). Por supuesto, ninguna de las dos se compara a la original, a pesar de que Norman Bates, el personaje principal, sigue siendo interpretado por Anthony Perkins. En 1998 se le hizo un remake a la primera, el cual copió exactamente cada escena de la película, utilizando el mismo guión; como fue de esperarse, se despotricó ampliamente contra esta versión, catalogándola como innecesaria y desperdicio de dinero.
El largometraje de 1960 continúa vigente hasta el día de hoy, siendo exhibido en festivales y recomendado a todo amante del cine psicológico y de suspenso. La música, hecha con puro cuarteto de cuerdas, le da fuerza a varios momentos, el mise en scene compagina muy bien con la fotografía, y las magníficas actuaciones junto con la bien cuidada edición, convierten a esta película en lo que es, un clásico etiquetado como parte de las mejores películas en la historia del cine.

"Why, she wouldn't even harm a fly..."

domingo, 6 de septiembre de 2009

Bin-jip (3-Iron)

Kim Ki-duk es un director coreano reconocido por el modo artístico en que dirige sus películas; Bin-jip, que salió en el 2004, no es la excepción a esa regla. El filme cuenta con una fotografía magnífica, un movimiento suave y fluido de la cámara, así como una historia poco usual, pero que sin lugar a dudas, transmite varios mensajes.
Nominada y ganadora de premios, la película trata sobre un hombre que irrumpe de casa en casa y vive en ellas como si fuera la suya, pero todo cambia cuando conoce a una mujer que vive un matrimonio diezmado por el irritante carácter del marido. La historia suena simple, pero por la manera en la que es contada, no lo es; el protagonista no habla y transmite todas sus emociones mediante expresiones faciales. Es impresionante como sin depender de los diálogos, Kim Ki-duk (quien también escribió, editó y colaboró en la producción del filme) consiguió que los personajes contaran la trama de la manera más natural posible, llevando al espectador a concentrarse más en las acciones que en las palabras.
Otro aspecto importante de la película es el modo en que cambia. Empieza de una manera tranquila, luego muta a una especie de romance, y termina con un estilo surrealista que ha llevado a algunos a compararla con el budismo. El final ha sido objeto de debate, pero sea cual sea la interpretación que se le dé, la película es bastante buena y es algo diferente a lo que se está acostumbrado a ver. Muy recomendada para quien busque algo original y visualmente expresivo.

martes, 1 de septiembre de 2009

Suspiria

Dario Argento es un director italiano cuya carrera ha estado llena de altibajos. En ocasiones sus trabajos han sido alabados y recibido buenas críticas, y otras veces, ha sido lo contrario.
Suspiria, que salió en 1977 y es considerada la obra maestra del director, es en realidad la primera parte de una trilogía de películas titulada The three mothers (las tres madres); las otras dos que forman parte del trío son Inferno (1980) y La Terza Madre (2007). A pesar de formar parte de un mismo concepto, las películas pueden ser vistas de manera independiente.
Suspiria trata sobre una joven estadounidense que llega a un instituto de baile alemán, donde conocerá extraños personajes y vivirá horrores que la llevarán a descubrir lo que realmente oculta la escuela. La trama de la película no tiene nada del otro mundo, en realidad es muy simple. Donde Suspiria destaca es en el apartado visual: ángulos de cámara particulares y un uso de colores vívido, variado y agradable a los ojos. En el aspecto musical se encuentra bien ambientado y va de la mano con el estilo del filme (aunque sea un poco escándaloso y se trague el audio de ambiente), no obstante, si se es un espectador que opina que la música solamente debe estar presente en los momentos sentimentales y de tensión, entonces se terminará catalogando esta película como musicalmente sobresaturada.
Sin lugar a dudas, el modo artístico en que fue rodado este filme es lo que lo ha hecho trascender con el paso de los años. Recomendada para quienes quieran ver algo clásico, artístico, y que ha influido en las películas actuales (por ejemplo, el uso de un color para matizar las tomas que aplica David Lynch en sus películas, es similar al que se puede apreciar en Suspiria).
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